Alquilar una caravana para viajar por Australia - Jucy Rentals


Dos años después de haber recorrido Nueva Zelanda me decidí a viajar por el país vecino, Australia. Esta vez no me lo tuve que pensar mucho, las distancias entre puntos de interés son tan enormes, que tenía que alquilar una caravana sí o sí. Además, es una forma muy cómoda de viajar y se ahorran costes en alojamiento, porque los campings son muy accesibles. Y en un país tan caro como Australia, mi bolsillo lo agradeció.

Después de mirar las miles de ofertas que vi de empresas de alquiler, no lo dudé: más vale lo malo conocido, que lo bueno por conocer. Así que, opté por Jucy Rentals porque me había ido muy bien con ellos en Nueva Zelanda y ya conocía cómo trabajaban. 

No se ven tantas Jucys por Australia, quizá más en la zona de Cairns y la Gold Coast, pero también aquí tuve la sensación de pertenecer a un club, pues los demás Jucys me saludaban por la carretera y por la calle por llevar la misma camioneta.

La compañía, como todas, hay que mirarla con lupa. Pero al final, me pareció estupenda.

En este caso no elegí la opción de recogida en el aeropuerto porque, para ahorrar costes, decidí pasar los dos primeros días visitando Melbourne utilizando el transporte público y los pies, y descansando del jet lag en un hotel. Al tercer día, recogí la caravana cerca de Melbourne, en St Kilda, donde se encontraba mi hotel. Una zona muy bonita donde se pueden ver pingüinos al anochecer.


En la oficina todo fue mucho más rápido que en Nueva Zelanda. Comprobaron  mis datos, vieron que ya lo había pagado todo por internet el mes anterior y me pidieron la tarjeta de crédito para comprobar que tenía más de 3000$ disponibles en la cuenta. ¿Pasa algo si no los tienes? Pues la misma política que siempre: si contratas un seguro con ellos, no hace falta pagar la fianza. Un chollo para ellos, vamos. El seguro más sencillito costaba más que lo que me costaba el alquiler. Así que... ve preparado.

También me pidieron una tarjeta para darme de alta en el sistema de peaje electrónico australiano. De este modo, si te metes en una zona de peaje (intencionadamente o no), te retiran el dinero correspondiente de tu cuenta. 

Después de todo esto y de darme las dos sillas de camping que había reservado, me dieron las llaves y a hacerme con la carretera: la Great Ocean Road. Aunque primero, había que acostumbrarse un poco a conducir por el otro lado. 

La campervan estaba bastante vieja y algo descuidada. A pesar de haberla limpiado (o eso decían los papeles), tuve que entretenerme en limpiarla a fondo antes de poder vivir en ella, sobre todo la ropa de cama. Estaba bastante descuidada y hasta le faltaban botones a la radio. Pero su apaño lo hizo. 

La entrega la hice igual de rápida. La devolví en Cairns después de más de 5.900 km. Miraron por encima si estaba limpia y tenía el depósito lleno y me fui. No tardé más de 10 minutos. Quedé tan contentos que... ¿quién sabe? Probablemente, país que tenga en mente recorrer en campervan, país que buscaré si tiene sucursal de Jucy. 

También tienen una App gratuita: Jucy Travel. En ella puedes encontrar gasolineras, dónde hay wifi gratis, campings, aseos, alertas de tráfico, actividades… 


La Campervan

Me gasté 1.160$ por 16 días, 16$ por segundo conductor, 16$ por alquiler de dos sillas de camping, cargo por pagar con tarjeta de crédito 26'52$, cargo por recogerla en una ciudad y entregarla en otra 150$.  Deducción por pagarlo todo con antelación por internet 16$. 

En total = 1.352'52$ + 3000€ de fianza que recuperé después.

Ten en cuenta que el seguro más barato que me ofrecían era de 500$.

Mi camioneta era una Jucy Cabana – Toyota Estima. Automática y de gasolina.


En la parte de atrás, se levanta la puerta y tiene una nevera, un infernillo, un fregadero y un armarito lleno de cacharros de cocina, donde aproveché para guardar las cosas.




En el interior tiene un DVD y los asientos se separan para sacar una mesa (que nunca llegué a montar) y transformarlos en cama. Debajo de los asientos hay un hueco con 2 almohadas, 2 toallas, un nórdico y sábanas. Este hueco lo aproveché para guardar las mochilas pequeñas.  Todo esto estaba limpio, pero los cacharros de cocina no.


Lo peor es que tienes que tenerlo todo muy bien montado cuando te vas porque, aunque el país es seguro, me habían dicho que los robos en los coches estaban en aumento. Así que me recomendaban dejar las cortinas sin echar para que miraran dentro y no vieran nada. El problema es que no hay sitio para meter el equipaje, por lo que hay que agudizar el ingenio. Si tienes pensado viajar en  campervan ten en cuenta el poco espacio disponible para guardarlo.

Encima las camionetas de alquiler son muy llamativas. Fíjate en lo feas que son las Jucys, con sus colores discretitos morado y verde y el símbolo de la tía por todos lados (te aseguro que hay otras de alquiler mucho peores que parecen sacadas de la época hippie). Esto tiene sus cosas buenas: la gente sabe que vas a hacer turismo y te trata mejor. Pero también malas: la gente sabe que vas a hacer turismo y que tienes tus pertenencias en la campervan.


La camioneta tiene dos baterías independientes. Una de ellas es para la nevera y el DVD. Si se ha viajado durante el día, la batería dura sin problemas toda la noche. Eso sí, yo apagaba la nevera para dormir porque me molestaba el ruido.

Si quieres utilizar el coche para cargar cosas como el móvil, la Tablet o la cámara de fotos, necesitarás un Inverter. En el aeropuerto los venden muy caros. Los más baratos los encontrarás por Internet. Como muchas de las noches las iba a pasar en la campervan, sabía que no iba a poder cargar nada de lo que llevaba  en ningún sitio. Así que compré uno económico y poco pesado. El inverter se enchufa en el cargador del coche y, mientras el coche está en marcha, permite cargar lo que quieras a través de él.  

Yo compré en Amazon este Bestek inversor de corriente y me fue de maravilla.



Dónde aparcar la caravana en Australia

Tienes que tener en cuenta las señales que haya en el sitio, porque puede que te levantes por la mañana con un ranger llamando a la puerta con una multa en la mano. En algunos lugares no permiten el parking de caravanas; en otros sí que lo permiten, pero no para dormir.

De todas formas, las campervans, al ser como furgonetas, no tienen tantas restricciones y puedes aparcarlas en cualquier sitio habilitado para coches. El problema está en si quieres dormir en ellas. Yo no me atreví a dormir en la calle o en un aparcamiento y siempre utilicé campings u hoteles.


En los campings, siempre es mejor contratar un power site, aunque no necesites electricidad o tu caravana no esté preparada (como en mi caso). La diferencia de precio es nimia y los sitios están mejores. Algunos están asfaltados y te ahorras el barro.

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