Camboya: Día 3 - Siem Reap: Opinión del The Cambodian Circus, Phare


Después de los templos de Angkor, sin duda, esto es lo que más me gustó de mi vista a Siem Reap. Por la noche me quedé un buen rato mirando al cielo para ver cómo los murciélagos gigantes de la fruta hacían su peregrinación desde los grandes árboles de los Jardines de la Independencia hasta Angkor. Un espectáculo increíble.

Asombrada por tanto bicho, continué mi camino por la carretera de Angkor hacia el Circo Phare. La acera se acaba, hay que continuar por el arcén de una carretera con mucho tráfico, hasta llegar al Museo de Angkor. Allí pregunté a los guardas y me indicaron el camino, había que girar a la izquierda y continuar hasta el final de la calle.

Si hubiera ido en tuk tuk, quizás no me hubiera llevado esa primera impresión. Y es que, de noche, con una calle muy poco iluminada y vacía, lloviznando… (un panorama) y, encima, todo lleno de descampados y chabolas. Casi me di media vuelta cuando vi la parte trasera del solar del circo.

Menos mal que no lo hice. Continué andando hacia la izquierda, otra vez, y ya vi la entrada muy iluminada. Lo dicho, en tuk tuk, una vez más, hubiera formado parte de ese gran espejismo para turistas que han construido en Siem Reap.

Qué es el Circo Phare 

La tradición circense en Camboya es tan antigua como sus templos, y es que así lo demuestran los relieves realizados en el siglo VI, que enseñan cómo artistas del circo amenizaban todo tipo de ceremonias y festivales.

En 1960 el rey Norodom Sihanouk fomentó una gran revitalización del circo camboyano, que quedó brutalmente aniquilada en 1975 cuando las tropas jemeres rojos con Pol Pot arrasaron el país y abolieron cualquier tipo expresión cultural y creativa, asesinando a todos los artistas que quedaban en el país.

Con la ocupación vietnamita y los jemeres rojos escondiéndose selva adentro, ocho jóvenes camboyanos, que habían conseguido estar en un campo de refugiados en la frontera con Tailandia, decidieron ayudar a reconstruir la gran tradición escénica en el país.

Su gran idea fue crear el Phare Ponleu Selpak (El Faro de las Artes) y fundaron una escuela de artes visuales e interpretativas. Este espectáculo solidario comenzó su andadura en 1994, en Battambang, una de las zonas más deprimidas de Camboya. Su objetivo primordial fue el de ayudar a niños excluidos socialmente, pobres, abandonados, huérfanos…  

Desde entonces, más de 1.400 estudiantes han pasado por la escuela del circo, que se encuentra en una zona rural cercana a la frontera con Tailandia (una de las más peligrosas del mundo por la gran corrupción policial que asola esos lugares). Los apartaban de las calles, de los problemas familiares y del tráfico de drogas dándoles gratis comida, educación y una formación ocupacional.

Más adelante, los creadores (que aún sufrían de estrés postraumático por haber sobrevivido a la masacre de los jemeres), decidieron poner una gran carpa en Siem Reap y empezar a realizar espectáculos protagonizados por algunos de sus estudiantes. Un éxito total.



El dinero recaudado se destina a financiar su escuela y agrandarla, ofreciéndoles un futuro a sus alumnos.

Mi visita al Circo Phare

Phare no es un circo normal, tiene un aire alternativo que encanta. Sus cantes y bailes suenan al Circo del Sol, pero con un presupuesto muchísimamente inferior. Aunque sus artistas son excepcionales.

Su carpa era lo más iluminado de la calle. No había pérdida porque la entrada estaba ya llena de tuk tuk, y eso que había ido con una hora de antelación. Nada más entrar me recibieron sus empleados, con una sonrisa y una amabilidad enorme. Como había comprado la entrada por Internet, me ahorré la primera cola y pasé directamente al segundo jardín. Allí había un montón de paneles que contaban la historia de este circo.


Después de leerlos, pasé a una tienda de recuerdos y a la zona del restaurante. Allí me dieron gratis una bolsa de palomitas y, los que habían comprado el pack de cena + espectáculo, ya estaban allí sentados. Los precios no eran muy elevados.

Justo a la entrada de la carpa, ya había cola. Las entradas normales no tienen numeración, por lo que el primero que llega tiene el mejor sitio. Las entradas VIP sí que tienen asientos numerados, y son los de mejor visibilidad.

Por eso hay que ir pronto y es que algunos sitios no permiten ver bien el espectáculo o las pantallas que traducen lo que hablan los actores.

La obra estaba llena de acrobacias, contorsionismo, bailes, música, mimo, comedia… y un montón de risas. No hace falta saber camboyano. Los actores hablan muy poco y todo está traducido al francés y al inglés en las pantallas. Pero, no es imprescindible para entenderlo y disfrutar.


El teatro es pequeñito y hay un montón de ventiladores bajo la carpa. Yo llegué a tener frío, y es que fuera seguía lloviendo y ya estábamos todos mojados cuando entramos. Lo único bueno de tanto ventilador a tope era que no había mosquitos.

Durante más de una hora disfrutamos como enanos. Otra de las cosas que hace que Phare sea distinto es que está lleno de motivos camboyanos: la música, los bailes, los temas… Todo ofrece un acercamiento a la cultura e historia del país. En mi caso, pude disfrutar de una obra que hablaba de cómo una de las creadoras de este circo había sobrevivido al drama de los jemeres rojos, su familia había sido asesinada pero ella había encontrado refugio en una familia que la había adoptado. Este drama estaba contado de manera tierna y, sorprendentemente, lleno de comedia.



Al final del espectáculo, los actores se quedaron en el escenario para quienes quisieran hacerse fotos con ellos o charlar un poco. Hablaban inglés bastante bien. También pusieron unas cestas donde podías echar donaciones. La gente estaba tan encantada que las cestas se llenaron en unos pocos minutos.

Así que… una vez vistos los templos, no abuses de Pub Street, que cerveza y pubs hay en todas partes, y disfrutar de este espectáculo único y solidario.

Consejos:
  • Llega muy temprano para coger un buen sitio, si no has comprado las entradas VIP.
  • Compra la entrada por internet, porque llenan casi todas las noches.
  • Lleva un paraguas porque hasta que entres vas a estar a la intemperie, en el jardín que da entrada a la carpa.
  • Lleva una chaqueta fina por si te toca sentarte junto a uno de los enormes ventiladores y te chafa la noche pensando todo el rato en el frío que estás pasando.
  • Compra algo en el restaurante o en la tienda de recuerdos para contribuir con esta causa.

   PHARE, THE CAMBODIAN CIRCUS   
Comaille Road,
detrás del Angkor National Museum – delante del Angkor Century Hotel
Siem Reap, Camboya
ticketing@pharecambodiancircus.org
+855 (0) 15 499 480 & +855 (0) 92 225 320



Compártelo

Entradas relacionadas